Memorias de un Homo Erectus by Miguel Ángel Rodríguez

autor:Miguel Ángel Rodríguez [Rodríguez, Miguel Ángel]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Relato, Humor
editor: ePubLibre
publicado: 2002-05-01T04:00:00+00:00

Al levantarme, me di cuenta de que estaba lloviendo, cosa que me encanta: siempre he dicho que en mi otra vida tuve que ser una maceta, o algo por el estilo, pues cada vez que llueve lo que más me gusta es pasear mientras me pongo empapado, por lo que me vestí todo lo rápido que pude, bajé a la calle con mis botas de agua para poder pisar los charcos y comencé a caminar hacia ninguna parte.

Lo que no me quitaba de la cabeza era la pregunta con la que me había levantado: ¿qué habría sido yo en esa vida anterior que algunas culturas dicen que hemos tenido? Aunque primero habría que plantearse si existe o no la reencarnación, que para aquellos que anden un poco despistados hay que decir que no se refiere a una mujer que se llama dos veces Encarnación.

Realmente, consiste en que cuando uno se muere cambia de cuerpo, pero no de alma, por lo que podríamos reencarnamos en cualquier cosa, objeto o animal. Por eso decía antes que me gusta tanto que me llueva encima, seguramente porque en mi otra vida tuve que ser una maceta. Aunque algunas veces duermo tanto que posiblemente fuese un tronco.

Cuando veo una muchacha, pienso que también pude ser caníbal, porque la mayoría de las veces me entran unas ganas tremendas de comérmela; aunque también pude ser un supositorio, pues me quedo mirando un culo y no os imagináis lo que me gustaría hacer con él (si es de mujer, mejor).

Lo que ocurre es que ante estos temas también soy escéptico, pues prefiero no creer en ellos a preocuparme con qué me tocará ser en mi otra vida cuando me vaya de ésta. Si al menos pudiésemos escoger el «recipiente» para nuestra nueva dimensión. Pero es una lotería, e igual te toca ser una pelota y te llevas toda la vida pateado que te toca ser el capuchón de un bolígrafo de esos que los chavales no paran de masticar en clase.

Sin embargo, si pudiésemos escoger en qué nos vamos a reencarnar, antes que hormiga preferiría ser cigarra; antes que el Papa preferiría ser una papa; antes que un hombre preferiría ser mujer (me encantaría cada mañana levantarme y ver a una tía en pelotas en el espejo); o me gustaría reencarnarme en el retrete de señoras de una estación de tren y así ver cómo cientos de mujeres a diario se bajan las bragas ante mí, o no me importaría ser el diablo para tener un rabo como el suyo y estar toda la eternidad rodeado de pecadoras.

Lo que no me gustaría en ninguno de los casos sería reencarnarme en una luciérnaga, pues, sin duda alguna, es el bicho más desgraciado de la Historia de los Bichos, por muy de cuento de hadas que parezcan.

Las moscas comerán mierda, los mosquitos estarán expuestos a coger el sida en una de sus salidas nocturnas; el gusano se llevará toda la vida arrastrándose, aunque mucho peor será cuando se convierta en mariposa, pues primero tendrá que hacerse el capullo.

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